domingo, 1 de mayo de 2011

LA SANGRE: GLOBULOS BLANCOS O LEUCOCITOS


El papel de la sangre no está confinado al transporte de materiales dentro del cuerpo. Los glóbulos bláncos son una vital fuerza de defensa contra organismos extraños. También funcionan como nuestro "aseo urbano" ya que limpian y eliminan células muertas y desechos tisulares que de otra manera se acumularían.
EL PLASMA, LAS PLAQUETAS, GLOBULOS ROJOS O ERITROCITOS



Los leucocitos son células de forma redondeada mientras circulan en la sangre y adoptan formas muy variadas cuando salen de los vasos sanguíneos y su diámetro oscila entre 6 y 18 µm.

Muchas infecciones estimulan a la médula ósea a liberar a la corriente sanguínea grandes números de leucocitos que normalmente están en reserva, lo que se evidencia como un aumento en el número de células blancas en la sangre periférica. Este incremento es fácilmente detectado con una simple hematología y contribuye notablemente en una primera aproximación diagnóstica.

Algunas células blancas pueden morir en el proceso de lucha contra una infección y sus cuerpos muertos se acumulan y contribuyen a formar una substancia blanca que es comunmente vista en el sitio de una infección, llamada "pus".

No todas las infecciones llevan a un incremento en el número de células blancas; el virus responsable por el SIDA conlleva a su reducción, específicamente en el número de linfocitos y a una consiguiente minusvalía en la habilidad para luchar contra otras infecciones.

De acuerdo a su apariencia al microscopio luego de su tinción, existen 5 clases de leucocitos: granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos), linfocitos y monocitos

  • Sementados neutrófilos

Los leucocitos polimorfonucleres neutrófilos son las células blancas predominante (40 - 75 %) en la sangre periférica del adulto normal. Su tamaño es homogéneo, entre 12 a 15 µm y se caracterizan por presentar un núcleo con cromatina compacta segmentado en 2 a 5 lóbulos conectados por delgados puentes. Su citoplasma contiene abundantes gránulos finos color púrpura que contienen abundantes enzimas destructoras, así como una sustancia antibacteriana llamada fagocitina, necesarias para la lucha contra los gérmenes extraños.

Es una célula muy móvil y su consistencia gelatinosa le facilita atravesar las paredes de los vasos sanguíneos y migrar hacia los tejidos para destruir microbios y responder a estímulos inflamatorios.

La principal función de los neutrófilos es la de detener o retardar la acción de agentes infecciosos o materiales extraños. Su propiedad más importante es la fagocitosis y son capaces de ingerir bacterias y pequeñas partículas.

Su capacidad fagocítica aumenta cuando las bacterias están recubiertas de anticuerpos. Para esto, el neutrófilo emite pseudópodos alrededor de la partícula a ingerir, la rodea y los fusiona, con lo que la misma queda en su interior, englobada por una vacuola fagocítica, donde será destruída con el concurso de las enzimas líticas que posee la célula.

Los neutrófilos en banda, "bastones" o "cayados" es la más inmadura de las células granulocíticas que pueden verse en sangre periférica de personas normales y comprenden aproximadamente 1 a 3% del total leucocitario. En muchas oportunidades, cuando se trata de combatir infecciones bacterianas severas, pueden aumentar su número, ya que la médula ósea los libera en virtud de la emergencia, antes de terminar su maduración.

Los neutrófilos, además de defender el organismo contra las infecciones, pueden ser dañinos también, al liberar los componentes de sus gránulos tóxicos en diversos tejidos.

  • Eosinófilos

Los eosinófilos son los granulocitos maduros que responden a infecciones parasitarias y condiciones alérgicas.

Es una célula fácilmente identificable por la presencia de grandes gránulos color naranja en su citoplasma.

El eosinófilo maduro es redondeado, con un diámetro entre 12 a 17 µm y un núcleo generalmente bilobulado. Comprenden entre 1 a 4 % de los leucocitos en sangre periférica.

Los eosinófilos tienen una igual actividad motriz que los neutrófilos y aunque poseen propiedades fagocíticas, participan menos en la ingestión y muerte de las bacterias. Un aumento en su número frecuentemente acompaña a reacciones alérgicas o procesos inmunológicos.

  • Basófilos

El menos numeroso de los granulocitos en la sangre periférica, se distingue por sus gránulos oscuros, que con frecuencia oscurecen los detalles del núcleo y que se sabe que contienen grandes cantidades de heparina e histamina.

Comprenden aproximadamente 0,5% del total de leucocitos y de todos los granulocitos, son los que tienen menos movilidad y menor capacidad fagocítica.

Participan en reacciones de hipersensibilidad inmediata, tales como reacciones alérgicas secundarias a picaduras de insectos y están involucrados también en algunas reacciones de hipersensibilidad.

  • Linfocitos

El linfocito es una de las células más intrigantes de la sangre humana y bajo ese nombre se engloban varios tipos diferentes de células linfoides, que encierran diferencias estructurales y funcionales aún no bien esclarecidas.

Las funciones del sistema linfático son en general la producción de anticuerpos circulantes y la expresión de la inmunidad celular, refiriéndose esto último al autorreconocimiento inmune, hipersensibilidad retardada, rechazo de los injertos y reacciones injerto contra huésped.

Los linfocitos en la sangre periférica han sido descritos en base a su tamaño y granularidad de su citoplasma. Los linfocitos pequeños son los más comunes, con un tamaño entre 4 y 10 µm y su citoplasma se ve frecuentemente como un anillo periférico alrededor del núcleo.

Dos tipos funcionalmente diferentes de linfocitos han sido descritos: los linfocitos T o timo-dependientes y los linfocitos B o médula ósea dependientes. Aproximadamente el 70 a 80% de los linfocitos en sangre periférica muestran características de células T. Estos tienen una vida media de varios años, así como una gran capacidad y velocidad para recircular entre la sangre y los tejidos. También almacenan y conservan la "memoria inmunológica" (células T de memoria).

Además, una vez activadas, son las células efectoras o ejecutoras (células asesinas) de la inmunidad celular y secretan sustancias biológicamente activas (linfoquinas) que sirven de mediadores solubles de inmunidad en la respuesta inflamatoria.

Por otra parte, algunos linfocitos T colaboran (Linfocitos ayudadores) en la diferenciación que la estimulación por antígenos induce de linfocitos B en células plasmáticas, responsables de la producción de anticuerpos circulantes o inmunidad humoral.

  • Monocitos

Los monocitos son los grandes fagocitos mononucleares de la sangre periférica.

Son un sistema de células fagocíticas producidas en la médula ósea, que viajan como tales por la sangre, para luego emigrar a diferentes tejidos como hígado, bazo, pulmones, ganglios linfáticos, hueso, cavidades serosas, etc., para convertirse en esos tejidos en macrófagos libres o fijos, cuyas funciones se corresponden con lo que se conoce como sistema mononuclear-fagocitario.

Los monocitos varían considerablemente en tamaño, entre 10 a 30 µm de diámetro, con una relación núcleo/citoplasma que varía entre 2:1 a 1:1 y su núcleo frecuentemente muestra forma de herradura o de riñón. Su citoplasma es abundante y de color gris azulado contentivo de muchos y finos gránulos púrpura, pudiendo estar acompañados de vacuolas blanquecinas.